Sin embargo, si meditamos al respecto, encontramos que la seguridad total es inalcanzable porque siempre existirán los riesgos, debido a que algunos de los factores que los producen son ajenos a la voluntad del hombre. Es por ello, que sólo podemos hablar de diversos niveles de seguridad que dependen de dos aspectos fundamentales: la preparación que tengamos para disminuir nuestra vulnerabilidad ante los riesgos y la respuesta oportuna y adecuada que se tenga en el momento que estos se materialicen.
Independientemente del lugar o época en que viva, el hombre procura organizarse en grupos comunitarios que le permitan sentirse seguro y que le brinden la opción de reaccionar favorablemente ante amenazas que pongan en riesgo su vida, su salud mental o física y la de los miembros de su familia o comunidad.

En cuanto a nuestras pertenencias, pareciera ser que tenemos por costumbre dejar en manos de terceros lo relativo a su seguridad, Cuando nos vemos afectados o escuchamos que otras personas fueron víctimas de algún ilícito o accidente mencionamos expresiones como las siguientes: "No hay seguridad en esta ciudad", "Cómo puede ser que roben en este inmueble habiendo policías; aquí no hay seguridad"; o cuando sucede un accidente de grandes dimensiones, "No es posible que las autoridades no se hayan dado cuenta..."
Es importante entender que en los tiempos actuales ninguna institución puede garantizar seguridad completa y que nuestra participación es indispensable en cualquier programa que busque encontrar respuesta a esta problemática. No podemos ni debemos enajenar aquello en lo que podamos contribuir, dentro de nuestras posibilidades, para lograr mejores condiciones de vida.
Independientemente de la responsabilidad que tengan las Instituciones del Estado para brindar seguridad a su población, o bien, la que tienen las dependencias para mejorar su seguridad interna, es necesario colaborar para tener un medio ambiente de tranquilidad, a través de la modificación de nuestras pautas de conducta y para generar una respuesta social organizada ante el problema de inseguridad que afecta a la sociedad en su conjunto.
Acciones como el evitar la violencia intrafamiliar, fomentar valores cívicos, adoptar las medidas preventivas que se nos recomiendan ante sismos, incendios, de seguridad familiar, y otras, son susceptibles de llevarlas a cabo si realmente tenemos el deseo de hacerlo, en beneficio propio y de nuestro entorno.
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